Capítulo 13: Un Nuevo Amanecer

Christian Faith International Ministries

 

CAMBIEMOS LAS MALDICIONES A BENDICIONES

CARL L. FOX

 

Capítulo 13

Un Nuevo Amanecer

Basta ya de estarnos justificando con todo tipo de razones por las que tenemos maldiciones. La verdad es que sólo hay dos razones: la primera es por no escuchar a Dios, y la segunda es por no obedecer Su Palabra.

(Deuteronomio 28:1-2) Acontecerá que si oyeres diligente la voz del Señor Jehová tu Dios, para guardar y para poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también el Señor Jehová tu Dios te pondrá en alto sobre todos los gentiles de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.

 

Si te esfuerzas por obedecer la Palabra de Dios y por escuchar con diligencia Su voz, las bendiciones te buscarán y no serán perdidas. ¡Te alcanzarán!

¿CÓMO SABRÉ QUE HE SIDO MALDECIDO?

 

Es importante ser vigilantes para detectar las maldiciones que podamos tener tanto en nuestras propias vidas como también en las de los demás, porque debemos exponer a la luz la obra de satanás, desenmascarándolo. Para eso vino Jesucristo a esta tierra, para destruir las obras del diablo.

(1 Juan 3:8) El que hace el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para que deshaga las obras del diablo.

 

La siguiente es una lista que te puede ayudar a identificar síntomas que señalen la presencia de maldiciones. Toma esta lista y revisa tu propia vida y la de tu familia. Si notas que estos síntomas son muy evidentes en tu vida, debes arrepentirte de cualquier pecado que haya en tu vida y en la de tus antepasados, rompiendo a la vez las maldiciones.

 

ELREMEDIO

LA FUENTE DEL REMEDIO ES DIOS

EL ÚNICO CAMINO AL REMEDIO ES JESUCRISTO.

EL PRECIO PAGADO POR EL REMEDIO FUE, Y SIGUE SIENDO, LA MUERTE DE JESUCRISTO EN LA CRUZ.

 

CÓMO DESHACERNOS DE LAS MALDICIONES

En Deuteronomio 28:1-2, tenemos la promesa que si escuchamos atentamente la voz de Jehová nuestro Dios, sus bendiciones nos alcanzarán. Sin embargo, Deuteronomio 28:15 dice,

Si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.

Te exhorto de todo corazón y con toda mi fuerza que leas desde el versículo 15 de Deuteronomio 28 hasta el final del capítulo. Si en esta lectura identificas maldiciones que estén en tu vida, o en la de tu familia, ruégale al Señor en el nombre de Jesucristo y arrepiéntete de cualquier pecado cometido por ti o por las generaciones antes de ti, que todavía no haya sido perdonado, y que debe estar causando estas maldiciones. Ordena, en el nombre de Jesucristo, que se rompan las maldiciones y pronuncia, en el nombre de Jesucristo, bendiciones para reemplazar a las maldiciones. En el Apéndice 1 hemos puesto todo ese pasaje, para que de manera lógica y constructiva tú puedas atender a estos asuntos, para anular las consecuencias destructoras en tu vida.

Esta no es una experiencia religiosa. Es una preparación espiritual para que tú puedas servir a tu Dios, y ser bueno padre o madre, buen cónyuge y llevar un gran testimonio al mundo que actualmente muere debido a sus maldiciones. A medida que estas bendiciones empiecen a ministrarte día con día, vas a ver cambios. Te sentirás más fuerte, será más profunda tu confianza en tu relación con el Señor y tus lazos con tu familia serán más dulces. Las bendiciones económicas generalmente se llevan tiempo para realizar, pero a medida que eres fiel en tu cumplimiento de la palabra de Dios y de lo que te pide hacer, también vas a ver bendiciones en este aspecto.

Es mi oración a favor de cada persona que lee este libro, que su vida cambie, que se acerque más al centro de la voluntad de Dios, que sea el testigo que el Señor nos pide que seamos de su Palabra. Seguirá creciendo nuestra confianza en Dios al punto que podremos decirle a esa montaña: “Sé tu removida” en el nombre de Jesucristo, y podremos verlo llegar a ser una realidad.

 

Permíteme orar contigo:

Padre Celestial,

En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, vengo ante ti con alabanzas y acción de gracias por tu obra maravillosa que has hecho por mí. Entregaste a tu Hijo unigénito y nuestro Salvador, y permitiste que muriera en la cruz del Calvario, siendo torturado para que yo pudiera ser tu hijo, o hija.

Pagaste el precio que me tocaba a mí por todo mi pecado y por la desobediencia que sigo teniendo en mi vida. Gracias ahora mismo, por romper el poder de ese pecado en mi vida y por liberarme de toda maldición que me ha mantenido en esclavitud. En el nombre de Jesucristo, te lo pido para mí y para mi familia.

Me arrepiento de los pecados de mis antepasados y por los de mi patria. Te pido que con la sangre de Jesucristo me limpies tan blanco como la nieve. Gracias que Tú ya no recordarás jamás esos pecados.

Con humildad te pido que me ayudes a seguir obedeciendo tu Palabra, a buscar tu rostro y a amar, y amar aún más.

Gracias por todas las hermosas bendiciones de descanso, salud, prosperidad en tu camino, por darme la fuerza para bendecir a los que me maldicen, y por ayudarme a perdonar y a recibir el perdón.

Gracias por motivarme a pronunciar tus promesas contra cualquier problema que tenga. Dame la fe que es más grande que mis problemas. Ayúdame a perdonar a los que no había perdonado, aunque me hayan maldecido.

Me arrepiento de cualquier práctica de las ciencias ocultas en mi vida y en la de mi familia, o cualquier otra cosa que haya permitido que entre a mi vida para impedir que haga Señor de mi vida a tu Hijo, Jesucristo.

Dame la fuerza para glorificar tu nombre en toda situación, para ofrecer el sacrificio de la alabanza y de acción de gracias en vez de dar quejas y vivir en desánimo. Te doy gracias, Padre Celestial, por todo lo que has hecho en mi vida y por todo lo que vas a hacer.

En el nombre del Señor Jesucristo, Amén.

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