Christian Faith International Ministries
CAMBIEMOS LAS MALDICIONES A BENDICIONES
CARL L. FOX
Capítulo 9
¿Qué tienes en tu casa?
Un día andaba en la casa de un hombre gitano muy próspero y respetado, que era miembro del parlamento rumano. Me encontraba en una habitación al fondo de la casa, orando con los papás, y la abuela de una niña de cinco años de edad. Esta nietita tenía dos años y medio de estar llorando y gimiendo sin parar. La habían llevado a los mejores especialistas en toda la Europa y nadie podía descubrir lo que le sucedía. Los abuelos, quienes habían estado presentes en la iglesia donde yo estaba dando enseñanzas, me habían rogado que fuera a orar por su pequeña nieta, por lo que me fui con ellos y empecé a orar por ella. También oré por una anciana que, por ser cristiana había sido torturada catorce años en una cárcel comunista. Para que ella pudiera salir de la cárcel, lo único que le pedían era declarar que Jesucristo estaba muerto y, por supuesto, ¡nunca lo quiso decir!
Oramos por la niñita y rompimos, en el nombre de Jesucristo, la maldición que había sobre ella. En lugar de esta maldad, de inmediato pusimos bendiciones y comenzó a sonreír y carcajearse, coqueteando con su abuelita. De repente, escuchamos un escándalo en la sala, donde estaba la mayoría de la gente que nos había acompañado. En una esquina había una mesa que ahora estaba en pedazos muy pequeños por todo el piso. ¡Todo mundo se paralizó del susto!
En la mesa había estado un objeto regalado a su abuelo, y cuando quitamos la maldición de la niña, el objeto había estallado y fue destruido, junto con la mesa. Era un objeto maldito y había sido la fuente de la maldición para la pequeña.
Cuando los que estaban en la sala vieron llegar a una niñita risueña, sin llorar para nada, quedaron pasmados. Uno de los hombres se me acercó y me rogó que le ayudara, confesando que era un cristiano falso, un impostor infiltrado. Asistía a la iglesia y andaba con todos los creyentes diciendo que él también lo era. El hombre confesó su traición, le pidió a Dios que perdonara sus pecados y le diera una nueva vida. Luego pidió ser bautizado, por lo que lo bautizamos en el lugar más próximo— ¡en la tina!
Ni los abuelos de la niñita ni los demás gitanos presentes esa noche jamás habrían pensado que era maldito ese bello objeto sobre la mesa en la esquina. ¡Así es de fácil que quede uno engañado! Sólo el Señor nos puede mostrar la verdad. La abuela estaba tan agradecida que dijo, “Si en esta casa hay cualquier otra cosa maldita, ¡estállamela! Aunque haga estallar toda la casa, si es necesario, hazlo, porque amo al Señor y a mi familia.”
No todo es lo que aparenta ser, como nos dimos cuenta mi esposa y yo al mudarnos de Albuquerque, Nuevo México, hasta la parte oeste del estado de Tennessee, donde notamos algo que nos pareció poco común. Mientras que Albuquerque queda en las alturas del desierto, el oeste de Tennessee queda en la cuenca del Río Mississippi donde todo es sumamente verde. Nos encantaba ver como todo mundo cortaba el césped alrededor de sus casas—y no miento, ¡era todo mundo! Nos parecían muy ordenados, con sus enormes y muy bien cuidados prados verdes, sin importar el tamaño de las casas ni cuan pequeñas o humildes fueran. Cuando a mí me tocó empezar a cortar el césped alrededor de nuestra casa, al principio lo dejaba crecer un poco por estar tan ocupado. Lo dejaba crecer unas cuatro o cinco pulgadas, que todavía me parecía muy bonito. Bueno, no duré nada en darme cuenta de por qué tenía uno que mantener el césped bien cortito—si no, ¡allí se escondían serpientes! No tenía yo la menor idea de que había serpientes venenosas por todo lado y había que mantener bien cortado el césped para la seguridad.
Así es con la brujería y la hechicería. Hay cosas que pueden verse muy bonitas por fuera, pero por dentro esconden una maldición venenosa.
MALDICIONES POR PROFESIONALES (BRUJERÍA)
Como mencioné al puro principio del libro, las maldiciones profesionales son muy comunes en muchos países alrededor del mundo. Hay maldiciones pagadas por uno para imponérselas a otro, o que otro pagara para imponerlos sobre uno. La mayoría de las veces uno ni sabe que ha sido maldecido. Es como andar por el césped y encontrar una serpiente venenosa en medio de ese bellísimo prado verde—es muy fácil andar sin cuidado, inconsciente del peligro.
Los siguientes son apenas unos pocos ejemplos de lo que usan los brujos para maldecir a la gente. La lista es infinita y hay muchos libros escritos sobre este aspecto de maldiciones en particular. Es más, cuando menciono maldiciones normalmente lo primero que dice la gente es que: “es brujería”. La mayoría de las personas ni siquiera se dan cuenta que es meramente un aspecto pequeñísimo del tema entero. Alabado sea el Señor que nos ha dado tanto en Su Palabra para ayudarnos a entender las estrategias que aprovecha satanás para impedirle a la gente conocer al Señor. Cada vez que hacemos lo que va a impedir que los demás se acerquen al Señor, de una vez admitamos que estamos practicando brujería. ¡Hay que darle su nombre verdadero!
Incluso, he oído de pastores y sus esposas decir que está bien usar la magia blanca. Cualquiera que trate de usar poderes espirituales sin Dios, no me importa cuan buenos sean los fines, siempre sigue siendo brujería. ¿Sabes lo que les pasaba a los hebreos en los tiempos del Antiguo Testamento cuando practicaban estas cosas? ¡Los mataban! Si no me lo crees, compruébalo en Éxodo 22:18.
Un método profesional que se usa para maldecir a otros es ponerle maldiciones a los objetos y luego colocarlos en las casas de personas a quienes quieren maldecir. No podemos hacer nada para limpiar un objeto dedicado a satanás y a la oscuridad, porque ha sido consagrado a la maldad. Sin embargo, sí podemos destruirlo, alejarnos de este objeto y rechazar la maldición.
OBJETOS MALDECIDOS
Te cuento de estas cosas porque a cualquiera le puede suceder, en cualquier parte del mundo. ¡No les sucede sólo a los gitanos en Rumanía! Hay muchas cosas malditas por brujas y hechiceros que colocan en los hogares de cristianos. Pueden ser regalos, o pueden ser objetos escondidos, o enterrados por alguien en el patio. También son cosas que nosotros mismos compramos, pensando que “son tan lindas”, cuando en realidad nos acabamos de maldecir al traer dentro de nuestro hogar un objeto maldito.
Más difícil de reconocer es cuando alguien nos da de regalo una cosa maldecida, como lo que pasó en el caso de esa familia gitana que les conté. Incluso, conozco a padres cristianos a quienes les cuesta deshacerse de objetos maldecidos que han hecho sus hijos en la escuela, a instancias de maestros que son de la “nueva era”. Por ejemplo, aquí en los Estados Unidos es práctica común que los niños se hagan un “dream catcher” (cazador de sueños – una artesanía popular de los indígenas norteamericanos en forma de círculo con una red de botones, piedras y otras cosas de colores. Un mito común es que estas cosas impiden los sueños malos, y por eso los padres los pegan a la cabecera de la cama de sus hijos.) ¡Los padres tenemos que educar a nuestros hijos sobre estas cosas!
En el caso de las maldiciones profesionales, tenemos que estar muy a la alerta. Si obedecemos al Señor nuestro Dios, Él nos ayudará con su protección. Se asegurará que recibamos aviso de algo que se nos fue impuesto, o que nos impusimos nosotros mismos. El Señor no tiene el negocio de asesinar a la gente, por eso no quiere que muramos debido a una maldición que alguien haya pagado para caer sobre nosotros. Quiere decir que tenemos que ser muy correctos con el Señor, muy decididos, y cuando decimos que nos vamos a deshacer de algo, lo hacemos.
Una pareja muy allegada a mí descubrieron que no podían jugar con objetos malditos. Viven y trabajan en el estado de Washington y pasan mucho tiempo haciendo labor técnica como estudiar el fondo del océano con el fin de trazar mapas de navegación. Nos habían estado visitando en Nuevo México y el esposo, a quien le encantan las cosas indígenas, quedó fascinado con los muñecos Kachina que hacen los indígenas de ese estado. Les dije que se olvidaran de los muñecos Kachina porque eran objetos maldecidos. Los indígenas que los hacen se burlan de todos los turistas que compran este tipo de objeto, porque no tienen la menor idea de las maldiciones que se están llevando consigo.
Cuando la pareja nos dejó, salieron en su bonito vehículo deportivo Nissan de doble tracción a visitar el Cañón del Chaco, porque querían ver unas ruinas indígenas, que son de las más importantes en el continente norteamericano. En algún momento de la historia antigua tienen que haber vivido allí miles de personas a la vez. Les agarró el atardecer mientras iba la pareja por el cañón en su vehículo, cuando vino una ráfaga de viento y les volcó el auto, destruyéndolo por completo. Era un camino de tierra y no se veía nadie alrededor, porque no era época de turismo. Sin embargo, un hombre los vio desde su auto a varios kilómetros y cuando llegó a la primera ciudad, llamó a la patrulla de carreteras y les avisó.
Cuando la patrulla llegó a rescatarlos, encontró que ya tenían unas cuatro o cinco horas de estar esperando auxilio, y habían tenido que hacer un fogón para mantener el calor, porque no había forma de abrigarse dentro de auto. Como si fuera poco lo sucedido, lo primero que hizo el policía cuando llegó fue darles una multa por descuidados al manejar. Iba agregando a los cargos todo lo que pudiera para llegar a cobrarles $600. ¡Ni siquiera le importó si la pareja estaba viva o muerta!
Me llamaron a mí y cuando llegué les advertí: “No quiero muñecos Kachina en mi camioneta.” El hombre me dijo, “¿Qué te hace pensar que siquiera tenemos de eso?” Pero su esposa se incomodó y le dijo: “No puedes engañar a Carl”. Revisamos todo hasta que encontramos el muñeco. Inmediatamente lo tiré al suelo, le di unas patadas fuertes, destruyéndolo totalmente. Hasta el hombre del depósito de chatarra me seguía diciendo, “¡Dámelo a mí!” pero no le hice caso, porque no había forma que yo quisiera maldecirlo a él.
¿Y qué pasa con los budas? Hay gente que tiene un pequeño buda en su hogar y lo justifican diciendo, “¡Ay, pero es tan corrongo con su pancita gorda!” Pero no lo es—es un dios falso. ¿Y qué de otro tipo de objetos antiguos? La gente piensa que es tan especial tener antigüedades, sobre todo las de excavaciones arqueológicas. Podría cansarles con tanta historia de las maldiciones que he tenido que romper de la gente que ha recogido cosas como estas. Existen muchos de estos objetos que se introducen en nuestras habitaciones para destruirnos.
Por ejemplo, ¿sabes lo que están haciendo los de la Nueva Era? (Por cierto, los de la Nueva Era en realidad no son muy nuevos— ¡descienden de Nimrod, fundador de la antigua Babilonia!) Están poniéndole hechizos a lo que ellos mismos hacen, diciendo que son objetos antiguos hechos por la gente de la antigüedad. Para peores, la gente les cree y los compran. Una vez estuvimos en una casa en que los niños jugaban con dream catchers. La mayoría de los objetos de la Nueva Era vienen en forma redonda para canalizar a los demonios, como en el caso de las coronas de cualquier material, o de las guirnaldas de flores, los lei como les dicen los hawaianos, y ciertos tipos de collares.
Los naipes del tarot, los tableros guija, los cristales y los dreamcatchers son apenas unos pocos de este tipo de objeto. Los indígenas usan los dreamcatcher para tejer hechizos. Uno tal vez protestaría, diciendo: “No, ¡si no son más que unas cositas curiosas!” Definitivamente que sí son más que cositas curiosas. El momento que empiezas a pedirle información a una bola de cristal, ya sea en forma de pendiente o algo que sostienes en la mano, ¡bótalo! La información la debes estar pidiendo al Señor Dios, y esos objetos son malos y son para hacer maldades. Si tienes alguno en tu casa, ¡destrúyelo! Eso es lo que yo haría en mi casa.
Muy a menudo nuestros niños traen a casa objetos maldecidos, como por ejemplo cosas “naturales” cuya belleza lo hipnotizan a uno o le fascinan. Es muy posible que este tipo de cosa sea maldita. Una vez mi nieta encontró una pluma negra tan negra que brillaba como azul, y la metió en la casa con el permiso de mi hija. Pronto empezó todo a andar mal. Todo lo que hablaban en la privacidad de su hogar, se lo repetían personas que no eran de la familia y que no habían estado presentes en el momento. Apenas se quitó el objeto, todo se enderezó. A la vez Dios abrió las puertas del cielo y empezaron a recibir de vuelta mucho más de lo que se les había perdido.
Los niños traen a la casa juguetes que ni se nos ocurre que sean maldecidos, por cuanto te recomiendo que le preguntes al Señor si hay algunas cosas malditas dentro de tu casa, empezando con los juguetes de tus hijos. Saca todo eso de la casa y si no está seguro de si algo es maldito, ¡de todos modos, bótalo!
Quiero ampliar sobre un tipo peligroso de objeto que ya había mencionado: es la guirnalda—cualquiera, porque es una puerta de entrada para los espíritus inmundos. Me enteré de una señora que tenía un arreglo de flores lindísimo en una corona encima de la puerta de su dormitorio. Estaba maldito debido al tipo de flores secas que se usaron y fue la entrada para que el diablo pudiera sembrar la división en su casa. Los lei de Hawaii van por el mismo estilo, abriéndoles la puerta a los espíritus inmundos. Cada vez que llega a Hawaii una pareja, les ponen una guirnalda de flores como parte de un rito de una diosa de fertilidad. ¡Estas cosas las consagran para el mal y no se pueden transformar en algo bueno!
Ten sabiduría respecto a los juegos de vídeos. Si has traído algo así a tu casa y has notado un cambio en la conducta de algún miembro de tu casa, echa una miradita hacia atrás para ver si pesca lo que es. Uno muchas veces ni cuenta se da de las cosas malditas que traen los niños a casa. Sé drástico y destruye los juegos de vídeo, porque te están robando tus hijos. Los muchachos que en 1999 hicieron esa masacre en Colorado, en el liceo Columbine, estuvieron metidos en estos juegos, y ¡todos vimos y escuchamos los resultados de sus medios de “diversión”!
¿Sabías que muchas de las series de fábulas en la televisión les enseñan a los niños pequeños a recibir maldiciones sobre sí mismos? También he visto en la televisión cristiana cosas como el Teatro de Realidad Virtual que es igual de maléfico. ¿Para qué conformarse uno con una realidad virtual, cuando el Señor le da a su pueblo sueños y visiones acerca de la verdad? ¿Has alguna vez visto una visión? Si quieres hablar de algo detallado, solo falta que tengas una visión. Dice la palabra de Dios que en los últimos tiempos tendremos visiones. Los cristianos rumanos dicen que los norteamericanos tienen televisión—que por eso no tienen visión. Pero, hay que ver las visiones santas que tienen los cristianos rumanos, ¡son realmente asombrosas!
Otro tipo de objeto que debe uno considerar son los objetos religiosos. Algunas cosas que la gente considera que son sagradas, en realidad están maldecidas debido a la idolatría. Lo que a mí me parece es que estas cosas no son cristianas. Algunas son íconos, estatuas y cruces que todavía tienen a Jesucristo colgando en ellas. Si Jesucristo permanece en la cruz, entonces no ha resucitado. ¿Qué podría estar sintiendo el Señor cuando mira al cuello de un cristiano y ve a su Hijo representado en esa forma, después de todo lo que había sufrido?
Conozco a un hombre que tiene en su cuerpo un tatuaje del Espíritu de Muerte, un esqueleto con una hoz en la mano. De hecho, ya ha habido suicidios en generaciones pasadas de su familia, así que lo único que hace ese tatuaje es darle una maldición de muerte auto impuesta. Los tatuajes son malísimos porque no se pueden quitar y eso mismo viene a ser una maldición. El Señor dice claramente que no debemos pintar nuestro cuerpo, ni ponerle tatuajes.
Hay personas que pintan un mal de ojo en su granero o establo, pensando que ahuyentan el mal con eso, pero más bien se están imponiendo una maldición. Tal vez me digas que estoy loco, pero en cuanto a esto, ¡he visto las consecuencias con mis propios ojos!
Hay también en muchas iglesias vidrieras de colores con un signo—el círculo de la eternidad, de la evolución—y después se preguntan por qué se han dividido. Un movimiento artístico muy popular en los círculos religiosos es el renacimiento, con sus pinturas, esculturas y murales. Probablemente los has visto, pues son los íconos, o cuadros, que muestran un bonito resplandor detrás de la cabeza de Jesucristo. Estos íconos los usan las brujas para fomentar la maldad. ¿De verdad crees que Jesucristo anduvo por esta tierra con un resplandor detrás de su cabeza? Por supuesto que no—anduvo como tú y yo, tropezando con el dedo del pie contra una roca, haciendo sonar los nudillos de los dedos, lastimándose el pulgar mientras ayudaba a su padre a hacer muebles. Y con todo eso, ¡nunca dijo malas palabras!
LUGARES MALDECIDOS
Cuando todo va mal en casa y no tienes objetos malditos allí, revisa bien tu casa. Tal vez la gente que vivió allí antes había tenido algún problema.
Tuve que orar una vez con una pareja que estaba teniendo problemas en una casa a la que se acababan de mudar. Al principio tuvieron problemas con su hijito, quien odiaba estar en su cuarto y no podía dormir de noche. En sus sueños quedaba aterrorizado por homosexuales que algo le hacían. Después sus padres pasaron al niño de cuarto y allí pusieron la oficina del papá. ¡Adivina qué pasó! Él tampoco pudo trabajar allí. Se mareaba y le costaba concentrarse.
Cuando me mandaron a llamar para que orara, anduvimos por toda la casa orando. Aunque no lo supieron cuando se pasaron allí, la gente que vivió allí antes eran homosexuales. Les pregunté que si habían notado algo fuera de lo normal en la casa cuando la compraron. La esposa dijo que había notado unos signos pintados en la pared del armario, o guardarropas, del cuarto donde iba a estar el niño, pero ella les pasó pintura encima y pensó que así estaría todo bien. Les expliqué que esos eran símbolos especiales para maldecir la casa. El mero hecho de pasarles pintura no deshace la maldición.
A los padres no les pareció necesario quitar toda la pared del closet para sacar la maldición. Sin embargo, esa misma noche el niño tuvo la peor pesadilla de todas, y al día siguiente la madre entró al closet con un martillo y sacó toda la pared. El Señor honró su acto de vigilancia por su hijo y esa misma tarde, de casualidad pasó un contratista con material que le había sobrado de otro trabajo, y se ofreció a construirle una pared nueva de gratis. Ya después, el niño no volvió a tener pesadillas de ese tipo.
ANIMALES MALDECIDOS
La gente que se mete en prácticas de ocultismo como la brujería y la hechicería utilizan animales para sus distintos propósitos maléficos. A través de estos animales pueden imponerle maldiciones a la gente. Cada región del mundo tiene animales particulares que son adorados o forman parte de sus ritos. Por ejemplo, aquí en los Estados Unidos tenemos cosas como el conejito de la pascua y los huevos de pascua, que son objetos de idolatría. Desde los tiempos antiguos se usaban conejitos y huevos para adorar a la diosa de fertilidad y de la primavera. El nombre de la diosa es Astarte o Ishtar, que en tiempos más modernos cambio a Oestre, y en inglés “Easter”, como llaman aquí al domingo de Pascua. Ella es tan antigua como los demonios de Babilonia y de Egipto. A pesar de eso, la verdad es que me alegro que ¡por lo menos una vez al año la gente reconozca que Jesucristo murió y luego resucitó! Es interesante que esta diosa la veneren en el Medio Oriente y en los Estados Unidos, pero no hay tal en América Latina. Allá tienen otra diosa en su lugar.
El diablo busca la forma de hacernos caer, pero sí podemos salvar a nuestros hogares y sí podemos salvar a nuestra nación. Hay algo que podemos hacer, y tú puedes salvar tu matrimonio y tus hijos. Si tienes un hogar sano, mantenlo así y ayuda a otros a tener hogares sanos. ¡De lo primero y lo mejor sería evacuar de nuestras casas los objetos malditos!
Siempre revisa tu casa para ver lo que quede después de que haya entrado otra gente a tu casa, aun cuando haya sido sólo para una visita corta. En una guerra uno siempre tiene que revisar estas cosas. Si pasas mucho tiempo con personas que no te está ayudando a ser fuerte, confróntalas. Empieza hablando acerca de Jesucristo, porque si esta gente no tiene deseos de cambiar, con tus palabras la despacharás. Si tienes relaciones y amistades que te conducen a distanciarte de Jesucristo, ponte a pensar que la única relación que te acercará a Dios es la que tengas con el Señor Jesucristo. Cada vez que haces cosas que impiden que te acerques al Señor, abres las puertas para recibir maldiciones devastadoras en tu vida.
Se requiere un acto sumamente importante para librarte de los resultados de objetos malditos y de este tipo de maldiciones. Haz del Señor Jesucristo el Señor de tu vida, y olvídate de tener tú el dominio sobre tu propia vida. El arrepentirte con una pequeña confesión, de rodillas, no es algo que se hace sólo una vez en la vida, ni tan siquiera una vez por semana. Hay que hacerlo todos los días. Puede ser que seas tentado a hacer algo malo en vez de hacer lo correcto, pero decides hacer el bien. ¿Y por qué? Porque Jesucristo es el Señor y es nuestro Jefe. Esto es muy importante.
Para poder vivir vidas dedicadas a Jesucristo, una parte indispensable es limpiar de la casa los objetos malditos que le dan permiso al diablo de tener un impacto sobre nuestras vidas. Limpia tu casa y esto será una bendición para todo el que viva allí y para todos los que visitan. Debemos tomar conciencia de cómo se infiltra el enemigo y se mete sigilosamente, intentando arruinar nuestra relación estrecha y diaria con el Señor.